jueves, 20 de diciembre de 2007

HABLANDO DEL AMOR

No hay nada más díficil de comprender que el amor hasta el punto que podemos confundirlo con gran cantidad de sentimientos que no lo son.

Vivir el amor es magia, es pasión, es transcendencia, es energía pero no se queda ahí. Para vivirlo intensamente se necesita tener la razón y el corazón en la balanza tratando que estén los más alineados posibles.

Un derroche de solo sentimientos sin una pizca de análisis puede hacer que tomemos decisiones apresuradas con respecto a la relación sentimiental que se tenga.

Muchas veces critiqué el famoso adagio "amor con hambre no dura" y ahora me doy cuenta que es muy cierto (y eso que no me he casado no convivo con nadie). Vivir de rositas, de caramelitos, de palabritas no hará que perdure el idilio. Para que el amor sea profundo se necesita sembrar raices fuertes que permitan estar en pie a pesar de los voraces vientos de los sinsabores.

El amor es hermano de la amistad, por lo tanto, si puedo ser la mejor amiga de mi pareja, si puedo hacer que se divierta mientras esta a mi lado (no necesariamente sexo), si puede confiar en mi sin que tema una represalia entonces estamos hablando de una relación que cada vez se solidifica y puede contra todo (casi todo).

Sin embargo, la cultura, las canciones y la sociedad han creado paradigmas de lo que "debe" ser el amor. Lo curioso es que muchas personas seguimos ese estandar como titerés de circo.

De todas maneras, amar es complejo porque tiene el ingrediente de dos personas distintas tratando de caminar en la misma dirección tomados de las manos.

Maryory Alexandra

1 comentario:

  1. ¡Vaya y en ese tiempo sin pasar por la experiencia del amor y ya eras muy sensata!

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