A lo largo de la vida me he encontrado con múltiples personas que se encuentran pasando por momentos dolorosos que les invaden el alma.
Para muchos, no hay razón para este estado porque se debe ser feliz como sea. Se olvidan que los duelos son necesarios para resurgir como ave fénix. Es tan importante vivir el momentos de dolor como las grandes felicidades.
El autoconocimiento a partir de vivir los momentos de dolor, de sentirlos, reflexionarlos y dejarlos ir, liberaran el alma.
¿Quien te dijo que llorar no es bueno? Así como necesitamos sonreír, también es preciso llorar. El alma necesita liberarse de cargas. ¿Quién dijo que los hombres no lloran? El género, no impide expresar nuestra grandeza humana.
Para ser hay que sentir primero. Los sentimientos nos han grandes. Para sentir capacidad de asombro ante las maravillas de la vida tenemos que sentir y hacerlo como niños.
¿Cómo sienten los niños? Sienten con toda la libertad de hacerlo. Si quieren llorar lo hace, si quieren reír lo hacen, si quieren enojarse lo hacen, si quieren jugar lo hacen. Lo mejor de todo, es que lo hacen ya mismo. Para ellos solo existe el momento.
Los invito a dejar fluir el dolor que sientan ahora o en cualquier momento. Acumular tristezas, te hará más daño.
Ser humano implica vivir en consecuencia. Todo aporta dependiendo el uso que le demos.
Maryory Valdés
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